Es una forma de identificación biométrica que se sirve de medidas corporales, en este caso la cara y cabeza, para verificar la identidad de una persona. La tecnología recoge un conjunto de datos biométricos únicos de cada persona asociados a su rostro y expresión facial para identificar, verificar y/o autenticar a una persona.
El uso del reconocimiento facial se centra en la verificación o autenticación de rostros y, con ello, de personas. Esta tecnología se utiliza, por ejemplo, en situaciones como:
Si queremos un sistema de seguridad que prohíba el acceso de personas ajenas a la empresa, entonces es necesario que este sistema sea capaz distinguir las falsificaciones. Existen muchos factores en los rasgos faciales que ayudan a identificar a una persona. Con este tipo de software, no tendrá que preocuparse de que alguien vulnere el sistema y consiga información confidencial de su empresa.
Entre los beneficios del reconocimiento de rostros, se ubica la precisión de esta tecnología frente a otros sistemas de identificación biométrica. Aunque estos suelen ser muy efectivos también, el reconocimiento facial le agrega un nivel más en cuestiones de seguridad siendo muy provechoso para las empresas que manejan datos importantes que pueden perjudicar a sus clientes.
El personal no necesita tener contacto con el dispositivo para utilizarlo. Tan solo debe colocar su rostro frente al equipo para que este pueda identificarlo correctamente. Este método resulta realmente sencillo a diferencia de otros que sí requieren de una especie de contacto.
Como mencionamos en el beneficio de reconocimiento facial anterior, no se requiere de contacto con el dispositivo. Se transforma en un método más higiénico y es de mucha utilidad para laboratorios u hospitales donde la higiene es primordial para evitar la contaminación de áreas especiales o del mismo personal


